Algunos piensan que es una moda, otros que es un modo de vida, y otros que es una enfermedad que afecta, sobre todo, a las nuevas generaciones, aunque también a aquellas que no son tan nuevas y que se sienten mucho más rejuvenecidas haciendo gala de su modernidad sacando el móvil para todo. Pero no estamos hablando de ello, sino de la obsesión constante de muchas personas por inmortalizar cualquier momento, sobre todo cuando se trata de dos, tres o una cara lo que aparece en la imagen. Aparentemente puede parecer algo inocente, pero, a la larga, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud, como por ejemplo la pérdida de memoria. ¿Quieres saber por qué? te mostramos cómo afectan los selfies a tu memoria.
Los selfies afectan a tus recuerdos ¿sí o no?
Te contamos con todo lujo de detalles qué le pasa a tu cerebro cuando te haces un selfie, presta especial atención:
- Ocurre a diario, en miles o incluso millones de conversaciones. Estás hablando de un momento determinado pero quieres acordarte del día en que ocurrió, de la hora e incluso saber en qué lugar estabas y quién pasaba por detrás de ti. Hace 10 años habrías estado dándole vueltas al tema hasta que te hubieras acordado pero hoy...hoy optas por revisar tu carrete de fotos del móvil hasta que encuentras la foto y sales de dudas. Y es que siempre hay un selfie de cualquier momento, y eso que antes se utilizaba más, la llamada memoria, la estamos perdiendo poco a poco. Esta es una de las razones por las que los expertos en psicología confirman que los selfies afectan a tu capacidad de recordar. Además, son muchas las cosas que provocan las redes sociales en tu estado de ánimo, infórmate.
- Pero ese no es el único motivo por el que nuestro teléfono móvil termina con nuestras memorias, y no solo la de la capacidad del teléfono que tenemos siempre en nuestras manos. Y el problema reside precisamente ahí: nos pasamos mirando el móvil todo el día, de modo que finalmente no disponemos de capacidad de razonar por nosotros mismos, sino que todo lo consultamos ahí, de forma que ya hace mucho tiempo que hemos dejado de pensar y simplemente nos dedicamos a consultar ese aparato que se encuentra como extensión de nuestro brazo.
- Una de las cosas que puede incrementar nuestra memoria y puede ayudarnos a concentrarnos y a pensar es hablar con las personas, mantener conversaciones, saber qué opinan y cómo piensan...pero actualmente preferimos estar frente a las pantallas de nuestro móvil mientras tenemos a nuestro lado a una persona tomando un café haciendo lo mismo que nosotros. ¿El problema? Sería preferible mantener una conversación cara a cara que virtual. Por eso, se dice que los selfies afectan a la memoria de las personas.
- Tras tanto selfie, nos convertimos en mujeres u hombres egocéntricas, por ello, se dice que los selfies afectan a la capacidad de recordar, las personas que solo se miran a ellas mismas y personas narcisistas. En ocasiones esto puede resultar positivo, ya que estas personas tienden a aumentar su autoestima y en ocasiones esto es necesario, pero por otra parte, las personas que se hacen selfies constantemente terminan en un ensimismamiento por el que terminan de preocuparse por la vida de los demás, por la vida intelectual e incluso cultural. Esto deriva en que estas personas no leen, no escriben y dejan de preocuparse por hacerlo bien o mal, de modo que su memoria va menguando, mientras que aquellos que deciden seguir practicando las conversaciones reales, la escritura y la lectura, tienen mayores posibilidades de aumentar su memoria ya que practican diferentes técnicas mnemotécnicas sin apenas darse cuenta de ello.
Ahora que ya sabes cómo afectan los selfies a tu memoria, seguramente en estos momentos te estás asustando si eres de los que siempre tiene el móvil a mano preparado con la cámara frontal, si tienes una cara de selfie ensayada para salir bien o si, mirando el carrete de tu teléfono, te das cuenta de que tienes más selfies de los que deberías. No es un gran problema, siempre y cuando no descuides el resto de tu vida por el simple hecho de preocuparte por tu aspecto físico. De modo que no es necesario que abandones para siempre tu móvil, sino que ten a mano (en la que te sobra) un libro o una buena conversación.