La menopausia es un proceso que cada mujer vive de manera diferente. Unas sufrimos sofocos intensos y puntuales, otras insomnio, también las hay que sufren acusados cambios de humor con el desajuste hormonal... La lista de síntomas de la falta de hierro durante la menopausia es bastante extensa.

Uno de los episodios más recurrentes entre las mujeres que entran en la menopausia es la insuficiencia de hierro en la sangre. Se trata de un aspecto que hay que vigilar con atención, ya que un nivel excesivamente bajo de hierro puede conducir a diferentes tipos de anemia.

Listado de señales de la deficiencia de hierro en la menopausia

A continuación te exponemos una lista de síntomas de la anemia en la menopausia que indican una clara deficiencia en hierro en la  sangre. No obstante, si tienes dudas, acude a tu médico de cabecera para que te realice una analítica de sangre básica y controlar tu salud, ahí se verá reflejada cualquier anomalía.

1. Cansancio

El cansancio es el primero de los síntomas que aparece cuando sufrimos falta de hierro. Esto es debido a que nuestro organismo de la mujer necesita hierro para crear la hemoglobina, la proteína encargada de transportar el oxígeno por todo el cuerpo.

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2. Palidez

Los glóbulos rojos no solo distribuyen oxígeno por nuestro organismo, como acabamos de ver en el párrafo anterior, sino que también son los responsables de dar a la piel su característico tono rosado. Si últimamente te notas más pálida, puede que estés sufriendo un déficit de hierro.

En este sentido te aconsejamos que prestes especial atención a dos partes concretas del cuerpo: la línea de agua de los ojos y el cielo de la boca. Estas dos zonas, en personas sanas, presentan un fuerte color rojo, mientras que en individuos con riesgo de padecer anemia, la coloración se aproxima más al rosa suave e incluso al blanco.

3. Palpitaciones

Al haber menos glóbulos rojos, y por lo tanto menos oxígeno en nuestros órganos, nuestro cuerpo aumenta la velocidad de los latidos del corazón para que este bombee más sangre y todos los tejidos reciban el oxígeno que requieren. Debido a este motivo, pueden tener lugar desde palpitaciones hasta taquicardias.

Este síntoma de la anemia durante la menopausia puede manifestarse con mayor virulencia cuando realizamos ejercicio físico, ya que en situaciones de esfuerzo nuestro organismo tiene unas necesidades aún mayores de oxígeno. Si sufres bochornos cuando estás practicando deporte, conoce los consejos para prevenir los sofocos de la menopausia y minimiza este síntoma de la menopausia.

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4. Falta de concentración

Los bajos niveles de hierro también afectan a los neurotransmisores del cerebro, lo que puede afectar a tu nivel de concentración. En algunos casos, este mismo fallo en la síntesis de los neurotransmisores puede causar apatía y principios de depresión.

5. Otros síntomas menos frecuentes

Los mencionados hasta ahora son los signos más habituales de la falta de hierro durante la menopausia, pero no son los únicos. Otros indicadores del bajo nivel de hierro son las cefaleas y migrañas constantes, la caída de pelo, la lengua hinchada o anormalmente suave, la boca seca, los calambres sistemáticos y el extraño deseo de ingerir tierra.

¿Qué puedo hacer para aumentar mi nivel de hierro en la etapa de la menopausia?

La mejor manera de incrementar la cantidad de hierro en nuestra sangre durante la menopausia, es a través de una alimentación rica en este mineral. Algunos alimentos con alto contenido en hierro son los mariscos de concha, el pescado, los cereales integrales, la yema de huevo, las legumbres, las vísceras y las verduras de hoja verde oscura. Por otra parte, la vitamina C aumenta la absorción del hierro por el organismo, así que intenta combinar la ingesta de alimentos ricos en hierro con aquellos con alto contenido en esta vitamina, como las naranjas, las fresas o las guindillas.

Recuerda que esto sólo es un artículo informativo. Si sospechas que puedes padecer alguno de los síntomas de la falta de hierro en la menopausia o un déficit importante de hierro no dudes en acudir a tu médico de familia o ginecólogo.