Los especialistas definen al duelo como un estado y proceso de aflicción natural por la pérdida de una persona, animal, objeto o evento de forma definitiva.
En el estado de duelo, la persona tendrá una completa sucesión de sentimientos que necesitan de cierto tiempo para ser superados. Sentirá adormecimiento emocional, sentimiento de culpa y hasta depresión si no llega a calmarse durante los días posteriores al hecho funesto.
Sin embargo, el duelo no solo se limita a ser un proceso psicológico, sino que también intervienen en él los componentes físiológicos y sociales. En el primero, la persona ha perdido el interés por el mundo exterior sustrayendo la "libido" de toda cosa que no remita al objeto perdido. Y en el segundo, la cultura de la persona influye en la intensidad y duración del duelo.