El ser humano por su naturaleza es un ser social. Siempre necesitará de su comunidad para relacionarse y encontrar sentido a su vida; por lo que en el sentido amplio siempre será dependiente.
Sin embargo, cuando la dependencia se relaciona con debilidad e inmadurez este concepto se vuelve negativo; pues la persona es incapacidad de resolver problemas propios de la edad.
Para lograr salir de ese estado pasivo, la persona debe desarrollar estos tres puntos:
• Independencia moral: Debe tener criterios personales como guía de conducta. Hay que olvidar el miedo al qué dirán y hacer valer sus opiniones.
• Independencia social: Este punto es importante. La persona que quiere librarse de la dependencia deberá entender que no a todos agradará. Evita comprometerte demasiado con el cariño de los demás.
• Independencia económica: A cierta edad la persona que quiere dejar la dependencia familiar debe aprender a buscar un camino en la vida. Generalmente el trabajo ayuda a entender la dinámica de conseguir lo tuyo con tu esfuerzo.