Son muchos los tipos de supersticiones en las que podemos creer, a lo largo de la historia han surgido varias de ellos a raíz de diferentes circunstancias. En este artículo desvelamos para qué sirve el muérdago y en qué consisten las supersticiones del muérdago, sigue leyendo.

¿Qué es el muérdago?

Se trata de una planta similar a las enredaderas, en otras palabras es una planta parasitaria que nace en otros árboles como en los pinos, tilos o manzanos, suele tener un tallo corto pero tiene unas hojas muy grandes y es especialmente bonita.

Existen diferentes tipos de muérdago, entre ellos destaca un clásico, que es el muérdago con frutos rojos, este es originario de Norteamérica y el típico que sale todas las películas. Pero también existe uno que tiene entre sus frutos amarillos y flores blancas, esta variedad suele crecer en los manzanos.

Si quieres conocer para qué sirve el muérdago debes saber que es una planta medicinal que se usa para aliviar la ciática, la hipertensión, la taquicardia, el dolor de pies o otras dolencias de las mujeres y los hombres. También posee propiedades antiespasmódicas y puede minimizar los síntomas del asma. Además en la edad media se empleaba para calmar las hemorragias tanto internas como externas.

Todas las leyendas sobre el muérdago

El poder místico de la planta del muérdago y las diferentes tradiciones que la rodean se basan en una serie de circunstancias que se han dado a lo largo de los años, veamos cada una de las leyendas del muérdago detenidamente:

Amuleto de protección

El muérdago era sagrado para los druidas que alaban esta planta gracias a sus múltiples virtudes, además se le atribuía el poder de curar de forma mágica y de ser un poderoso amuleto de protección. Al igual que la herradura de la suerte, sirve como protección de una casa para que no entre el mal, en este caso el ramillete debe colocarse encima de la puerta.

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Símbolo de paz

Por otro lado, era considerado como un símbolo de la paz. En tiempos atrás se colocaba en las cunas de los bebés para evitar que las hadas los robaran.

Entre otras creencias sobre la superstición del muérdago, se decía que sus poderes mágicos provienen de que sus raíces nunca tocaban el suelo dado que se sostiene por sí mismo en el aire y por lo tanto no forma parte ni de la tierra ni del cielo. De esta leyenda nace la costumbre de recogerlo sin que caiga al suelo y colocarlo así en el techo.

Además, existía un ritual muy claro a la hora de cortar el muérdago, se debía cortar pidiendo ante permiso a la planta, y córtalo cuando la luna tenía seis días de un tajo, evitando que cayese al suelo.

Símbolo del amor

Entre los diferentes tipos de supersticiones nace la superstición de besarse bajo el muérdago en Navidad, esta creencia está muy extendida. Pero ¿cuál es su origen e historia? ¿dónde surge la superstición de besarse bajo el muérdago? a continuación te contamos todos los detalles.

¿Y la superstición de besarse bajo el muérdago en Navidad? a pesar de verlo en muchas de las superproducciones americanas, esta tradición surge en la Europa celta, pues ya en la antigüedad se consideraba que besarse bajo un árbol en el que nacía esta planta hacía durar las relaciones en pareja o incluso podría marcar un bonito comienzo de una relación amorosa. Esta superstición sobre el muérdago ha evolucionado hasta nuestros días y por eso podemos poner en una puerta o en el techo una parte del muérdago para representar el beso y así que el amor perdure en el tiempo.

Símbolo de fertilidad

Además en Europa se considera que el muérdago representa la fertilidad. Concretamente los escandinavos pensaban que el muérdago era un planta de paz, por lo que cuando iban a firmar la paz con los enemigos se ubicaban bajo la misma o cuando debían resolver los problemas o crisis de pareja se colocaban debajo del muérdago y besándose cerraban así ese capítulo y todo volvía a la tranquilidad.

Como puedes ver son varias las supersticiones y leyendas que rodean al muérdago tras estas prácticas, que lo relacionan como un amuleto o elemento de buen augurio, fertilidad y prosperidad.