En los últimos años, hemos visto como diferentes prendas que antes se usaban sólo para practicar deporte, han pasado a formar parte del guardarropa de diario.

Conforme la vida se vuelve más rápida y casi todos sufrimos de estrés en alguna medida, se hace más importante estar cómodos. La ropa que usemos es fundamental en este sentido, y tal vez por esta razón, se vuelve necesario que la indumentaria sea lo más cómoda posible.

Por eso, cada vez más trabajos exigen menos formalidad a la hora de vestir, y son menos las ocasiones en que se deba utilizar ropa formal. Claro que esto es relativo, pues los altos ejecutivos y reuniones de trabajo y en su mayoría oficinas si exigen una presentación más rígida, sin embargo quienes se ven obligados a vestir formalmente aprovechan sus días libres para lucir más informales y relajarse un poco.

Por otro lado, desde los ochenta, el deporte se instaló en el modus viviendi de la mayoría de las personas, pues se hizo evidente que el deporte implicaba no sólo cuerpos esculturales, sino salud y esto se ha vuelto un verdadero ideal en nuestra sociedad.

Así las cosas, hemos visto como la ropa deportiva pasa a formar parte de la forma de vestir de más gente. La comodidad es su mayor condición a favor, pero además hacen que la persona se vea más juvenil y más fresca.