El cuidado de la piel es uno de los básicos de belleza que debemos tener en cuenta para lucir radiantes en todo momento. Sin embargo, los agentes externos, el sol, el envejecimiento y los problemas hormonales pueden pasarnos factura a la hora de lucir una piel bonita y acorde a nuestra edad.
Afortunadamente, el mundo de la dermocosmética ha avanzado mucho en los últimos años. Por tanto, ahora es mucho más fácil cuidarse la piel y mantenerla protegida del sol y de las bajas temperaturas del invierno.
Uno de esos grandes avances han sido las ampollas faciales, como la ampolla flash lifting. Concretamente, es un tratamiento intensivo que aporta luminosidad, hidratación y luz al rostro al instante. Este espectacular efecto flash se debe a que este tipo de ampollas contienen un 50% más de concentración de sus activos. En comparación, los sérums u otros tratamientos dermocosméticos solo suelen contener un 15%. Por ello, podemos destacar que su eficacia es mucho mayor.
¿Cómo utilizar las ampollas faciales?
Para lucir una piel radiante en cualquier momento del año, los expertos recomiendan aplicar una ampolla flash iluminadora por la mañana y otra por la noche. De este modo, actuará como un método de reparación intensiva y un tratamiento flash.
Otro aspecto a resaltar es que este tipo de ampollas se deben utilizar siempre tras la rutina de limpieza facial, después de aplicar el tónico o el gel limpiador. De hecho, se trata de un tratamiento tan potente que puede sustituir al sérum, pero nunca a una crema hidratante o de tratamiento. Principalmente, se debe a que no suple los nutrientes que este tipo de cremas aportan a la piel.
Ventajas de las ampollas faciales para cuidar tu piel
En ocasiones, los tratamientos de belleza que utilizamos pueden quedarse un poco cortos para las necesidades reales que puede tener nuestra piel. El rostro cambia con la edad y la piel requiere de determinados cuidados en función del tipo de piel y determinados factores externos como el clima, la contaminación, las radiaciones solares e, incluso, las hormonas.
Por lo general, estas son carencias que se suelen notar en los cambios de estación. Por ejemplo, una vez finaliza el verano y nuestra piel ha estado expuesta al sol, a la sal del mar o al cloro de las piscinas. Por este motivo, tras el verano, la piel está más seca y podemos sentir que nos hace falta un extra de hidratación.
Las ampollas faciales pueden ser una solución ideal para nutrir el rostro y devolverle la luminosidad que necesita, reparándola al completo de forma exprés. Estas son las ventajas que proporcionan a nuestra piel:
Aporta los nutrientes que necesita la piel
Las ampollas faciales son una combinación intensiva y muy efectiva de ingredientes y principios activos. Al aplicarlo en el rostro, se obtienen una serie de beneficios extra que le aportan nutrición, hidratación y luminosidad, siempre en función de sus componentes.
Este tratamiento de última generación tiene una concentración más alta que los sérums de uso diarios o los concentrados faciales tradicionales. Por ello, es una mezcla exclusiva de diferentes tratamientos en una sola ampolla. Además, está pensado para tener resultados visibles en pocos días.
Aplicación cómoda en monodosis
Las ampollas faciales se suelen presentar en envases monodosis y garantiza que el producto esté fresco en cada aplicación. También se pueden encontrar ampollas faciales para hacer un tratamiento más extenso, por ejemplo de una semana. Sin embargo, a nivel general, suelen comercializarse en monodosis para ofrecer un resultado concreto y eficaz cuando la piel lo necesite.
Por otro lado, se recomienda que, una vez que se abra una ampolla facial, se aplique entera sobre la piel. De esta forma, se evitará la oxidación y la volatilidad de los potentes principios activos que contiene este tratamiento flash para la piel.