Cuando hablamos de Baby Doll, nos referimos a una pieza de lencería en particular. Lo que pocos saben es que cuando salió esta prenda al mercado era conocida como camisón y fue una película de 1956 la que cambió su nombre.
Tras conocer este curioso dato, debemos destacar que se trata de una prenda delicada de lencería, que se usa generalmente para dormir y que busca resaltar la silueta de la mujer.
Todo comenzó en 1942
Al igual que muchos inventos, avances y estilos de ropa, el baby doll tiene sus inicios durante la Segunda Guerra Mundial. En esa época, escaseaban los tejidos que se utilizaban para confeccionar pijamas.
Por tanto, ante esta situación, la diseñadora Sylvia Pedlar tuvo que responder con ingenio. El resultado fue el diseño de un camisón para dormir que era corto, escotado y llegaba hasta las caderas. Sin embargo, lo que más resaltaba de la prenda lencera eran las transparencias y los detalles de los encajes, bordados, cintas, etc.
En ese entonces y hasta la década de los 70, el baby doll constaba de dos piezas, el camisón short corto, que fue sustituido por un calzón. Y, precisamente, así se ha mantenido hasta la actualidad.
De camisón a “Baby doll”
Como hemos comentado, fue tras el estreno de la película “Baby doll” cuando las personas comenzaron a llamar de esta manera a dicha pieza de lencería. La razón es que la protagonista del film apareció en varias escenas luciendo esta prenda.
Por ello, en vez de conocerlo como camisón, se conoce por el nombre de Baby doll. No obstante, no es su único nombre, ya que también se denomina como negligé, picardías o camisola.
¿Sólo sirve para dormir?
Los tiempos han cambiado y con ellos también el uso de algunas prendas. El baby doll es una de ellas. En sus inicios, se creó para ser utilizado como pijama, pero actualmente el tejido lencero también se luce en vestidos, faldas o como blusa.
¿Qué debes tener en cuenta antes de comprar lencería?
A diferencia de la lencería que se usa a diario, el baby doll está hecho para lucirse. La idea es que esta prenda acompañe y resalte la silueta. Por eso, es esencial conocer la forma del cuerpo y nuestras medidas para elegir la prenda adecuada.
Pero, no solo a la hora de lucir más atractiva con este tipo de lencería, sino para evitar cualquier tipo de incomodidad. Un consejo muy útil es fijarse en las costuras que tenga la pieza y optar por telas suaves, como el algodón, la seda o el satén.
Respecto al color, la realidad es que existen tonalidades muy bonitas y variadas, así que depende del gusto de cada persona.
Consejos para elegir la lencería ideal
Asimismo, hay algunos consejos que se pueden seguir para elegir la prenda más adecuada para cada mujer:
- Que se ajustable a la silueta: Mientras más se ajuste a la forma del cuerpo, mejor. Por ello, los modelos con tiras ajustables son ideales.
- La calidad importa: La ropa interior siempre debe ser de calidad para que dure más tiempo y evite rozaduras en la piel.
- No te olvides de probártelo: La mejor manera de asegurarte que la prenda te viene bien y es cómoda es probándotela. En caso de que no puedas probarla en la tienda, mira por encima si se ajusta a tus medidas.
Sin duda, esta prenda de lencería es muy bonita y atractiva, así que no puede faltar en tu armario.