En el siglo XXI, lleno de ajetreo diario y estrés tanto a nivel personal como profesional, tener un estilo de vida saludable es vital para mejorar nuestra salud física y también mental.
Por eso, hoy en DeEllas vamos a comentar algunos datos y resultados de investigación muy interesantes que nos ayudarán a saber qué factores podemos tener en cuenta para mejorar nuestro estilo de vida, según una revisión de Roger Walsh de la University of California*.
Estos ocho factores relativos al estilo de vida son los que más significativos han demostrado ser en líneas generales para llevar una vida saludable:
- Ejercicio físico: puede reducir el riesgo de depresión como también de los trastornos neurodegenerativos (como el declive asociado al envejecimiento natural, el alzheimer y parkinson). La segregación de serotonina y endorfina se asocia a mejoras en la calidad del sueño. Además, practicar ejercicio de manera regular se relaciona con mejoras en el nivel de autoestima, la interrupción de pensamientos negativos y la rumiación. Aumenta también el volumen cerebral de materia gris y blanca, así como cambios en el hipocampo que favorecen el correcto funcionamiento neuronal.
- Dieta: los elementos de la dieta que parecen particularmente neuroprotectores son el pescado, la verdura y la fruta, un consumo reducido de grasa animal y niveles óptimos de vitamina D.
- Contacto con la naturaleza: a nivel global existe una tendencia a vivir en entornos artificiales, lo que se asocia a un empeoramiento en la calidad del sueño, estado de ánimo y ritmos diurnos. La inmersión excesiva en entornos con un gran número de estímulos artificiales combinada con una demanda excesiva de trabajo puede generar disfunciones psicológicas, tales como déficit de atención, adicciones y estrés.
- Relaciones personales de calidad: resultan incidir positivamente en el estado de salud física, propiciando un menor índice de mortalidad y de presencia de psicopatologías. Se asocian también con un aumento en el índice de felicidad, calidad de vida, resiliencia, capacidad cognitiva y sabiduría. La relación terapéutica en psicoterapia, como apuntaba el psicoterapeuta Irvin Yalom, sirve de puente para que muchas personas puedan mejorar la calidad de sus relaciones en sus vidas.
- Ocio: disfrutar del ocio y de las emociones positivas asociadas al mismo genera beneficios psicológicos y físicos. El ocio facilita la aparición de humor, que parece aliviar el estrés, mejora el estado de ánimo y el sistema inmune.
- Relajación y manejo del estrés: el estrés crónico puede afectar a múltiples niveles y sistemas del organismo: psicológico, físico, químico e incluso a nivel genético. La meditación puede reducir los índices de estrés en población general y clínica, así como el distress y burnout, paliando el deterioro cognitivo asociado a la edad. También aumenta generalmente la empatía, la sensibilidad, la estabilidad emocional y la madurez psicológica.
- Religión y espiritualidad: los aspectos religiosos y espirituales resultan ser de gran importancia para una gran parte de personas. Estas prácticas les ayudan a afrontar el estrés y la enfermedad, y muchos pacientes refieren su valoración positiva cuando sienten que pueden incluir estos aspectos en el trato recibido por los profesionales sanitarios. Por supuesto, se trata de una forma de vivir la vida muy personal que debe darse de manera natural. Y aunque no es el único modo de afrontar el estrés y la enfermedad, parece ser de gran ayuda para quienes incluyen este componente en sus vidas.
- Contribución y servicio a los demás: ayudar a los demás no es necesariamente un sacrificio, sino que puede mejorar la felicidad, salud mental y estado de ánimo del que ofrece esta ayuda. El altruismo parece reducir la avaricia, los celos o envidia y el egocentrismo, aumentando la sensación de amor, disfrute y generosidad. Estos beneficios no aparecen cuando el servicio se da desde la presión interna, la culpa o la sensación de obligación.
Como ves, son aspectos que puedes cuidar en tu día a día si te lo propones. Si lo haces, conseguirás llevar unos hábitos saludables que incidirán positivamente en todos los aspectos de tu vida.
*Se pueden consultar estos datos en American Psychologist, DOI: 10.1037/a0021769