La alopecia frontal fibrosante es un tipo de alopecia que afecta en un 95% de los casos a mujeres. Surge, sobre todo, en mujeres que han pasado por la menopausia. Sin embargo, cada vez es más frecuente que la padezcan mujeres jóvenes. Cabe destacar, además, que, en los últimos diez años, ha habido un fuerte crecimiento del número de casos.
Se trata de una enfermedad que es fácilmente reconocible por sus síntomas. Las personas que la padecen comienzan a perder pelo en la zona de la frente, de las patillas y de las cejas. A su vez, también se producen otros síntomas como la pérdida de vello corporal, el enrojecimiento de la piel y la aparición de granos. Aunque es una patología asintomática, muchas mujeres sienten picores y dolor en el cuero cabelludo.
Alopecia frontal fibrosante: Principales investigaciones en desarrollo
Es una enfermedad autoinmune que afecta a quienes tienen una predisposición genética y se ven expuestos a ciertos detonantes ambientales u hormonales. En la actualidad, no existen estudios concluyentes que puedan explicar con exactitud su origen.
No obstante, son varios los centros especializados en el cuidado capilar que están invirtiendo en diferentes investigaciones para encontrar las causas. Podemos destacar la investigación de las clínicas IMD, que alberga esperanzas para todas aquellas personas que se ven afectadas por este problema. Y, aunque no supone un peligro para la salud, puede provocar inseguridades, falta de confianza y problemas psicológicos.
Tratamientos contra la alopecia frontal fibrosante
Como ocurre con cualquier problema de salud, la prevención y el diagnóstico temprano son fundamentales para poder frenar su avance y sus efectos.
Con esta enfermedad, el pelo que se pierde no se puede recuperar, de modo que si la pérdida de cabello avanza demasiado puede ser demasiado tarde. Sin embargo, si se detecta a tiempo y se actúa en consecuencia, la pérdida del pelo se puede detener. De hecho, solo entre un 10% y un 20% de las mujeres que sufren esta patología no consiguen frenarla con los tratamientos adecuados.
En los hombres, es más complicado poder diagnosticar la enfermedad antes, ya que los primeros síntomas mantienen muchas similitudes con los de la alopecia androgénica, muy común entre los hombres.
Para detectar la enfermedad a tiempo, es necesario hacer una analítica y un test genético para conocer el tipo de alopecia. A su vez, para frenar esta enfermedad, existen una serie de tratamientos que pueden ser muy efectivos:
Uso de antiinflamatorios
En primer lugar, es habitual suministrar antiinflamatorios. Esta suele ser una de las principales medidas para erradicar esta enfermedad, ya que la alopecia frontal fibrosante provoca una inflamación que es la causante de acabar con el cabello. Por ello, los antiinflamatorios resultan muy efectivos.
Fármacos antiandrógenos
En segundo lugar, también se suelen aplicar con éxito fármacos antiandrógenos, como Finasteride o Duasteride. El Minoxidil, un fármaco muy común para tratar la alopecia, también suele arrojar buenos resultados en el tratamiento de la alopecia frontal fibrosante.
Tratamientos recomendados
En líneas generales, se desaconsejan los injertos y los trasplantes capilares, puesto que el resultado estético no suele ser satisfactorio. Por el contrario, los pacientes pueden optar por sistemas de integración capilar que se realizan de manera gradual.
Lo importante es detectar esta dolencia cuanto antes para poder poner solución y evitar su avance.