Hemos de reconocerlo, cada día somos más mujeres y hombres los que adoptamos el vicio de fumar, y todo ello pese a ser conscientes de los daños que el tabaco causa en el organismo de la mujer. En lo relacionado a la belleza y al aspecto físico, el tabaco es uno de los causantes del envejecimiento prematuro de la piel de la mujer. Así es, los efectos sobre su piel serán drásticos siendo aun muy jóvenes.

Qué efectos tiene el tabaco sobre la piel

Si en alguna ocasión hemos hablado de los efectos que tiene el sol sobre la piel, en el caso del tabaco nos quedamos cortas. Además la piel que es el órgano más grande en nuestro cuerpo, ya que lo recubre en su totalidad. Así es cómo la piel sufre en gran manera las consecuencias de consumir tabaco. Para las mujeres esto es algo sumamente importante.

De hecho, según los estudios que se han realizado hasta los momentos, se ha demostrado que el riesgo de las mujeres que fuman tabaco de tener arrugas es casi que el triple en comparación a las mujeres que no lo hacen, mayor incluso que en los hombres. Razón por la que se asocia el consumo de tabaco y envejecimiento femenino de manera frecuente.

El rostro de una mujer que fuma adopta características propias que pueden ser reconocidas a simple vista. La piel se aprecia arrugada y suele tomar un tono grisáceo, es decir, la piel pierde la luminosidad. Los huesos de la cara se observan más destacados, en especial en el área de los pómulos. Alrededor de los ojos y de los labios se detallan delgadas arrugas que van tomando un tono oscuro al pasar del tiempo y la elasticidad del rostro se pierde. En la mandíbula y en las mejillas se pueden apreciar líneas superficiales y profundas.

Las mujeres que son fumadoras pasivas pueden adoptar alguna de estas características por el humo del tabaco que absorben en el ambiente. Ahora ya tienes una excusa más para dejar de fumar, para cuidarte y sentirte bien tanto por dentro como por fuera.

¿Por qué el consumo del tabaco provoca el envejecimiento de la piel?

El componente principal del tabaco y el mas tóxico es la nicotina. Esta es una sustancia con propiedades vaso activas y es la responsable de causar adicción al tabaco. La nicotina es capaz de amplificar los niveles de vasopresina en sangre, la cual es de acción vasoconstrictora. Por lo que fumar tabaco durante solo diez minutos, logra que se reduzca la tensión del oxigeno en los tejidos por casi una hora. Es decir, que si se llega a fumar una cajetilla de cigarrillos en un día, puede mantener a la persona en estado hipoxia por  casi 24 horas.

Esto es debido a que con la vaso constricción se disminuye el flujo de sangre hacia los tejidos. Incluida la piel, y además, se produce monóxido de carbono al momento de fumar.  El monóxido de carbono (CO) se adhiere a la hemoglobina, la cual es una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y es la encargada de movilizar el oxigeno hacia las células. Esta unión tiene como consecuencia un desplazamiento del oxigeno, dando lugar a la formación de carboxihemoglobina. Lo que se resume en una reducción considerable del aporte de oxígeno hacia  los tejidos y así se acelera el envejecimiento de la piel.

Otros factores

Pero no es solo la nicotina. El cigarrillo y sus componentes también incluyen otras sustancias que contiene el tabaco son perjudiciales para el rostro de la mujer. Se trata de sustancias que son nocivas, como el benzopireno, que es un hidrocarburo que es  liberado en la ignición del tabaco.

La lista de los efectos del tabaco sobre la piel de la mujer no concluye ahí, el consumo de tabaco también  disminuye  los niveles de vitamina A. Una vitamina que es liposoluble y actúa en la construcción y mantenimiento de las células epiteliales. Además, produce hipoestrogenismo, es decir, que disminuyen los niveles de estrógeno en la piel, por lo tanto se produce sequedad y atrofia en la piel.

Si las mujeres consideraran todas estas consecuencias y dejaran el tabaquismo, podrían verse revertidos los signos causados por el tabaco y envejecimiento femenino. Ya que el  flujo sanguíneo aumentaría, permitiendo que los nutrientes y  el oxígeno lleguen a la piel.