Aunque no lo parezca, la piel es el órgano más grande del cuerpo humano. No en vano, ocupa toda su superficie y la protege de agentes externos como la polución, el polvo o la radiación solar. Es el primer agente defensor de nuestro cuerpo y tiene una capacidad de autoregeneración propia de un superhéroe, pero también se trata de un sistema delicado que hay que cuidar para que esté en perfecto equilibrio con el resto del organismo y pueda cumplir su función. En deellas.com sabemos de la importancia de tener una piel bien cuidada y te hemos hablado en varias ocasiones sobre cómo combatir el acné y otras afecciones cutáneas.
Por eso, cuando aparecen problemas asociados a este preciado órgano, nuestro día a día se vuelve más complicado. Es el caso de la Urticaria Crónica. Quienes padecen esta afección observan cómo su piel se llena de ronchas y habones que, más allá de producir un desagradable efecto estético, van acompañados de un picor muy intenso que aparece y desaparece a intervalos, afectando seriamente a su calidad de vida.
Sus causas en muchos casos son de origen desconocido, y hasta un 40% de los afectados por Urticaria Crónica padecen también angioedema, que es la hinchazón del tejido que se halla por debajo de la piel, lo que aumenta considerablemente las molestias.
Afortunadamente es posible controlar esta afección cutánea, y quienes la padecen pueden llevar una vida perfectamente normal si siguen los consejos de su dermatólogo. Así, la primera medida a tomar ante los síntomas de picor intenso y enrojecimiento de la piel es acudir a un especialista en dermatología para que realice un diagnóstico, y una vez se tenga claro que el problema es la Urticaria Crónica seguir el tratamiento adecuado, que puede incluir la administración de fármacos específicos, la evitación de ciertos alimentos y la reducción del estrés, que puede lograrse realizando ejercicio físico moderado, como por ejemplo el yoga.