No solo por motivos de edad la piel pierde elasticidad y, aunque sea uno de los principales, el frío, el calor excesivo, la escasa hidratación tanto interior como exterior, no usar los cosméticos adecuados e incluso una mala alimentación son los principales causantes de la pérdida de elasticidad en la piel del rostro y su deterioro. Para ello podemos recurrir a diversos tips de belleza que nos ayudarán a que nuestra piel vuelva a lucir tan luminosa y joven como siempre.

A continuación vamos a ver cuáles son los 6 principales tips para recuperar la elasticidad de la piel del rostro con los que conseguiremos combatir su envejecimiento y mejorar su aspecto reduciendo la flacidez.

Llevar una alimentación sana para mejorar la elasticidad del rostro

Son muchas personas las que consideran que las mujeres deberían adquirir una rutina y cuidados de belleza a partir de los 25. Y en parte así es. En este caso, aunque parezca que son dos cosas totalmente aisladas, la alimentación que llevamos normalmente tiene mucho que ver con cómo se refleje posteriormente en nuestra piel. Si comemos muchos alimentos grasos, aceites, fritos... nuestra piel dejará de brillar y estar joven, y pasará a sentirse apagada y con poca firmeza. Una solución para combatir la flacidez de la piel del rostro es alimentarse a base a las vitaminas que necesitemos, muchas ensaladas, fruta y frutos secos. Nos sentiremos mejor por dentro pero también por fuera.

Crema hidratante y sérum para la elasticidad de la piel

Una piel con elasticidad es una piel bien hidratada, por ello es necesario que demos cuanto antes con los productos necesarios y adecuados para nuestro tipo de piel, los que nos ayudarán a mejorar su aspecto desde dentro para que ello se vaya reflejando en el exterior. Se puede usar la crema hidratante de manteca de karité y cacao varias veces al día,  y también un sérum nos permitirá que se regenere desde el interior y que la piel tenga una dosis extra de juventud.

Masajear el rostro para mejorar su elasticidad

El ejercicio no es solo para el cuerpo, sino que los músculos y la piel de la cara también necesitan ejercitar sus movimientos para conseguir más elasticidad, de modo que una vez al día podemos intentar mover los diferentes músculos de la cara haciendo expresiones con la misma, tanto con las cejas, la nariz, los labios, arrugando el ceño y la frente... Si nos cuesta un poco hacerlo así, podemos untarnos una crema hidratante o aceite de almendras y ejercitar el rostro con nuestras propias manos. Gracias a estos remedios naturales para tratar la piel, mejorará progresivamente la elasticidad de nuestro rostro.

¡Fuera estrés!

Parece fácil de decir pero complicado para conseguirlo, y es que la vida alterada, el tabaco y el alcohol consiguen que nuestra piel se queje. Y con ello la empezaremos a ver con menos elasticidad, con un peor color y con diferentes signos de la edad manifiestos en la misma. Para acabar con esto, trataremos de mejorar las rutinas y tratar de llegar a todo sin ponernos nerviosos ni estresarnos, ya que ello luego se refleja en el rostro y es lo que queremos evitar.

Protegerse del sol

Nos encanta vernos con un tono bronceado en nuestra piel, pero la exposición al sol sin protección puede tener un fatal desenlace, de modo que es vital protegerse tanto en verano como en invierno, nuestra piel no envejecerá tan rápido, alejaremos las manchas, las enfermedades en la piel. Así mantendremos la elasticidad de nuestro rostro intacta.

Beber agua mejora la elasticidad de la piel

Sin duda, el agua es la solución a multitud de dolencias, de modo que si bebemos los dos litros de agua al día tal y cómo debemos hacer, nuestra piel se mantendrá mucho más joven y elástica. Existen muchas formas de conseguir beber esos 8 vasos de agua sin apenas darnos cuenta, y son muchos los beneficios que con ese sencillo gesto conseguiremos.

Mejorar la elasticidad de nuestra piel es más sencillo de lo que parece, solo se trata de establecer ciertas rutinas que mejorarán el aspecto y la vitalidad de nuestro rostro desde el interior y ello se verá reflejado desde fuera.