La oscilación entre alegría y tristeza en el ser humano es necesaria; sin embargo, cuando las malas experiencias tratan de sumergirte en la depresión, te recomendamos recurrir a estos tres ejercicios para mejorar el pensamiento positivo:
- Utiliza fortalezas personales: Identifica cinco fortalezas más relevantes en ti y tratar recordarlas durante el día. Y en la noche escribe tres cosas buenas que te hayan sucedido y piensa por qué sucedieron.
- Escribe cartas a las personas que te hacen sentir bien: Explícale qué fue lo que hicieron para que te sientas agradecido a hacia ellos. No es necesario que entregues la carta, puedes conservarla como un buen recuerdo.
- La terapia del bienestar: El punto de la terapia es enfrentar al pensamiento negativo y modificarlo hasta que sean los eventos positivos quienes tengan más peso en la vida de la persona.