Una entrañable conocida nuestra en una ocasión nos contaba que una colega suya −otra profesora de letras− le había sugerido montar un trío con el novio de la primera. Nuestra amiga −con su característica ingenuidad en temas sexuales− le contestó: “No canto ni toco ningún instrumento, así que mejor busca a otra persona”.
Un ‘ménage à trois’ es una relación o acuerdo en el que tres personas −normalmente una pareja y un amante− tienen una relación romántica o sexual. La frase viene del francés y podría traducirse como ‘cuidado del hogar a tres’. En el cine, hemos visto situaciones de este tipo, por ejemplo, en ‘Cabaret’, ‘Y tu mamá también’, ‘Huevos de oro’… O como dice el estribillo de la canción de Aute: “Una de dos o me llevo a esa mujer o entre los tres nos organizamos, si puede ser”.
Como dato curioso, en Holanda en septiembre del 2005, Victor de Bruijin firmó un contrato de convivencia con Bianca de Bruijin −con quien ya estaba casado− y con Mirjam Geven. Era un contrato civil y de Bruijin comentaba: “No nos pudimos casar los tres legalmente, pero queríamos un compromiso oficial, como ocurriría con un negocio”.
Al pensar en un trío sexual lo primero que hay considerar es que la situación se torna más compleja y potencialmente más complicada. Hemos escuchado a parejas que tienen problemas en su relación y que contemplan la posibilidad de un trío como solución a sus conflictos. Desde luego eso no soluciona nada y lo único que consiguen es enredar más la maraña sentimental.
No es recomendable el realizarlo simplemente porque una de las dos personas lo pide −normalmente el hombre, en parejas heterosexuales−. Con frecuencia la persona que se deja llevar luego se siente mal, se arrepiente y su autoestima queda muy dañada… Ciertamente nuestra visión clínica está sesgada porque a nosotros vienen los casos que no funcionan. Y hemos sido testigos del sufrimiento de personas que se ven involucradas en esta situación. Nuestra experiencia es que siempre es uno/a −el/la protagonista− quien incita y toma las decisiones y los otros dos suelen jugar el papel de comparsas, de actores secundarios.
Otra cuestión importante son las lealtades. Los tríos siempre son difíciles desde el punto de vista relacional. Prestad atención cuando juegan tres niños o niñas y veréis cuán fácilmente dos se alían en contra del tercero. Pasa con tres jóvenes y tres adultos… El equilibrio no es fácil, podéis ver que en un grupo de tres es fácil sentirse desplazado. Las coincidencias no siempre son simétricas y eso puede generar mal ambiente. Por supuesto en relaciones esporádicas esto es más fácil de salvar.
Así que si alguien se decide por esta posibilidad, debe asumir que se corren riesgos y hay que estar seguro de que se quieren afrontar. Para algunas parejas es como abrir la caja de Pandora. Otros quizás puedan disfrutar de la experiencia ¿Has vivido situaciones de este tipo? ¿Las conoces? ¿Qué opinas de ellas?
Autores: Dra. María Pérez Conchillo, psicóloga clínica y sexóloga; Dr. Juan José Borrás Valls, médico sexólogo y psicoterapeuta; y D. Xud Zubieta Méndez, psicólogo sexólogo. Profesionales del Instituto de psicología sexología y medicina sexual Espill.